martes, 18 de marzo de 2008

Franchescoli y Zidane: La Nueva Camiseta de River


La imagen se congela en una pared que dispara goles del ayer. Aparece Kempes, el Matador, y un cabezazo inolvidable en Caballito, el que condujo al título del 81. Alonso y su inmortal frentazo a la pelota naranja, en el corazón de la mismísima Bombonera. ¿Más? Por supuesto, la memorable chilena del Enzo o un enganche de equilibrista del Matador Salas. Sí, todo a pedir del hincha de River, en un mediodía caluroso de Costa Salguero, donde adidas Argentina hizo la presentación oficial de la nueva camiseta del equipo.

"Es fuerte", balbucea Francéscoli en la simpática charla que mantiene con Matías Martin, un fana confeso de la Banda. Disparan anécdotas, momentos, nombres propios, curiosidades y no ocultan el fanatismo común que los emparenta. Son "verdaderas gallinas", sin ánimo de ofender a nadie. De golpe, una chicana cómplice termina en el momento emotivo de la tarde:

"¿A qué no sabés de quién sos ídolo?", pregunta tramposo el entrevistador. Enzo, el Enzo, ya sabe por dónde arrancar. "Zidane, Zinedine Zidane", se le escapa tímidamente.

La pantalla que un rato antes entrega momentos inolvidables de River, ofrece un inesperado vivo. "Algo va a pasar", prometen los organizadores. Se acerca una camión negro que estaciona de culata, mientras una cámara le hace marca personal. "Hay una sorpresita...", promete Matías Martin. La ansiedad está instalada. Bajan unos pibes de las Inferiores del club y atrás, como un porteño más, se desploma el legendario Zidane. Pelado, flaquísimo, ojos transparentes, traje negro, corbata brillante... Hay caras de asombro y, a la vez, admiración. El aplauso general sintetiza el merecido homenaje al visitante.

En perfecto español, consecuencia de su pasó por el Real Madrid, repitió su idolatría por Francescoli: "Yo vivía en Marsella y lo veía jugar... Por dios, era tanta magia la que transmitía..." Si el francés hasta llamó Enzo a su hijo, hoy de 13 años y figura en el club Blanco, en honor al uruguayo. "Nos cruzamos un par de veces, pero nunca adentro de una cancha de fútbol. Quizás se nos dé...·", tira, a modo de pared, Enzo.

Todo es divertido. Hasta que llega una pregunta que desacomoda al amigo Zizou: el recuerdo del cabezazo a Materassi, en la final del Mundial. "No sabe, no contesta", parece decir Zidane y clava la mirada en ninguna parte. Contesta con monosílabos y da vuelta la cara. Prefiere seguir hablando de Enzo, de Argentina, de fútbol, de su amiga la pelota.

Un maletín plateado, de esos que no se compran en el Once por dos pesos, guarda el mejor secreto del día. Zidane se para y lo abre despacio, con suspenso. De ahí sale la nueva camiseta de River. Blanca, blanquísima. Reluciente. Y la clásica banda roja, más brillante que nunca. Petrobras, reza en el pecho. Y atrás una frase novedosa: "El más grande". ¿Detalles? Uno, no precisamente menor: el escudo impacta como nunca.

Se suman más personalidades. José María Aguilar y también el presidente de adidas Argentina, Walter Koll. Hay piropos mútuos,claro. Para el histórico vínculo, para el novedoso diseño y, por supuesto, para las dos glorias futboleras presentes.

El propio presidente de River, ya para el cierre, saca de la galera una ocurrencia muy festejada: "Señores Francéscoli y Zidane, quedan formalmente invitados a jugar mañana, cuando River complete los minutos que les falta contra San Martín de San Juan..." Al margen de las risas, a la mayoría se le cruzó el mismo pensamiento: "No estaría nada mal".

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